lunes, 20 de enero de 2014

El viaje más largo


Dicen que todos reconocemos la voz de nuestra madre de manera automática, que la aprendemos mientras estamos en su vientre y que ese recuerdo nos acompaña, imborrable, durante toda nuestra vida. Yo añado otros sonidos, en especial las campanas del pueblo, en especial para los que nos hemos criado cerca de un campanario. Las campanas de cada campanario suenan diferente, porque diferente es su fundición y su acústica. Y las campanas del pueblo resuenan en los oídos, hogareñas y maternales. Y únicas.



Hace algo más de cuarenta años, en el campanario, podría haberse escuchado esta conversación:

- Eh, pss...
- ¿Que?
-Si, tú...y tú también..
-Yo ¿qué?
- Que podemos hablar...
- Ya, vaya cosa. Y, después de casi veinte años colgadas aquí, ¿te das cuenta ahora?
- Bueno, ya sabéis, la gente sube aquí y cuenta cosas.....
- Y te diré más, a las campanas, según nos funden nos dan un oído finísimo, Podemos oír mejor que cualquier bicho viviente, y por supuesto hablar ¡Faltaría más!. Pero tú ¡Qué vas a saber! si estás ahí colgada, en el centro del campanario.
- Eso eso, no como nosotras que estamos aquí viendo el paisaje. Desde aquí podemos verlo todo.



- Os creéis muy importantes porque repicáis en fiestas y misas, pero ¿quién da las horas? ¿eh?, ¿quién trabaja todos los días? ¡dos veces a la hora, veinticuatro horas al día!. Y además: tendréis buen oído, pero ahí fuera cada vez hay más ruido, cada vez pasan más coches por la carretera, no se dónde va a acabar esto. Con tanto ruido no se oyen las conversaciones de las gentes. Y además las confidencias más interesantes se hacen aquí cuando alguien sube al campanario.
-¿Y lo que te pierdes por estar ahí metida?
- Y tú, ¿qué ves?
- Yo miro al norte, veo el mar, la playa de La Arena, el Montaño, donde hace casi cien años se mataban las gentes en una guerra, la marisma y prados, muchos prados. Veo salir el sol por el Serantes en las mañanas de verano y pastar las vacas en el prado del Mortuero. Aunque ahora le llamen Mortuero al campo de fútbol, el Mortuero era todo este prado, hasta la Plaza de la Trinidad. Esta fachada es muy fría, recibo el viento norte y me mojo con la lluvia, menos mal que somos de bronce.


Santísima Trinidad. Siendo párroco Recaredo S. Rasines Perea. Año 1941

- Por cierto, ¿que ha hecho el Abanto?
-No sabía que te interesase el fútbol.
-Sólo era por preguntar... En fin. Y ¿tú?, tú ¿qué ves?.
-Yo miro hacia el sur y hacia el oeste, veo pasar los coches por la carretera y jugar a los niños en la campa de la iglesia, veo los montes de Triano, son de un verde tan oscuro que parecen azules, las minas allá a lo lejos, en Las Calizas, y después el Mello, donde se ven las puestas de sol y veo alejarse la carretera hacia Santander por La Rigada y en primavera veo las fiestas de la Trinidad. No sé por qué hace tanto viento en este pueblo, este viento sur es molestísimo, aunque pesamos cientos de kilos, nos balanceamos y tenemos que hacer verdaderos esfuerzos por no sonar.


Nuestra Señora del Carmen. Año 1974

- Tenéis un buen panorama, yo en cambio, aquí metida, con un peso descomunal, trabajando cada media hora. Si, ya se que tengo el honor de llevar el nombre del Santo Patrón, pero es que nunca me da el sol.
- Vale gorda, no te quejes tanto, que con esa abertura te enteras de todo de lo que dicen los que suben aquí. ¿Sabes que te digo?, que hacemos un buen equipo Nosotras miramos y tu escuchas.
- Claro. La gente sube aquí y cuenta cosas......Basta de cháchara ¿a que no sabéis que día es hoy?
-A ver, no es de día, es de noche y bastante cerrada, la luna apenas ha brillado.
- Hoy es 21 de julio
- Y ¿qué?
- Ahora mismo hay tres hombres intentando posarse en la Luna, igual ya están paseando por allí.
-Y tu cómo sabes eso
- Ya sabéis, la gente sube aquí y cuenta cosas.....
- Y en la Luna, ¿hay campanas?
- No sé, puede ser.
- Eh ¡callad!, mirad ahí abajo, en la campa hay alguien.¿Quien será a estas horas?

En la campa de la iglesia, se distingue una silueta de sotana raída, boina y la luz intermitente del fuego de una pipa. La silueta mira con atención al horizonte, pensativa, buscando algo en el cielo en dirección al Mello.

- Es Don Luis, seguro que está buscando la Luna. No la encontrará. Hace tiempo que se ha puesto.
-¿Tú crees que Don Luis sabe lo que está pasando ahí arriba?
-Seguro que sí.
-Y tú ¿cómo lo sabes?
-Ya sabéis la gente sube aquí y cuenta cosas...

- No vamos a esperar otros veinte años para hablar ¿no?
-Descuida



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El 16 de mayo de 1942 se inaguró la nueva iglesia de San Pedro de Las Carreras, en el lugar donde había una antigua fragua. Se construyó financiada por el programa "Regiones Devastadas", para sustituir a la antigua iglesia destruida por un incendio en 1932. Las obras fueron ejecutadas por Sota SL y costaron 224.415 pts.

La antigua fragua se encontraba en un solar cerca de la carretera nacional, De ella sólo quedan las piedras de un estanque que hoy en día sirven de jardinera.


Aunque el incendio de la vieja iglesia respetó las campanas, en el nuevo campanario se montaron cuatro campanas nuevas: "San Pedro", "Santísima Trinidad", "Inmaculada Concepción" y una cuarta campana sin nombre, fundidas en el taller de Ángel Perea en Miranda de Ebro (Burgos).

En 1974, se añadieron dos campanas: "San Luis María" y "Nuestra Señora del Carmen", fundidas en el taller de Hermanos Portilla en Gajano (Cantabria).


El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins viajaron hasta la órbita lunar. Armstrong y Aldrin, a bordo del módulo lunar Eagle, lograron pisar la superficie de la Luna a las 2:56 de la madrugada del 21 de julio, mientras Collins les esperaba en órbita. Los tres volvieron sanos y salvos a la Tierra, en lo que fue el viaje más largo realizado por ningún ser humano.

En aquel momento la Luna estaba en creciente y ya se había puesto por el Mello.

Aquel mismo año, el cura de Las Carreras, Don Luis E. Pinedo, siguiendo las instrucciones del Concilio Vaticano II, encargó las obras de construcción de un sagrario en el interior de la nave principal de la iglesia. Para ello utilizó roca arenisca, igual que la utilizada en los muros del templo.

Don Luis, entusiasmado con la hazaña espacial, mandó grabar en un lateral del sagrario un homenaje a los astronautas. SE HIZO CUANDO EL HOMBRE PISÓ LA LUNA. XXI-VII-MCMLXIX. De esta manera, la iglesia nueva de San Pedro de Abanto se convirtió posiblemente en el único templo del mundo en tener un recuerdo al viaje más largo realizado jamás.



PD. Las campanas de Las Carreras no son las primeras en "hablar". En Pobeña, también tuvieron su conversación.







4 comentarios:

  1. Muy buena historia Armando como las que cuentas siempre. Me ha encantado un mogollon, enhorabuena. Un abrazo migo mio.

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  2. Gracias Carlos. Y además aprecio especialmente tu comentario porque me escribes desde Andalucía y veo que te ha gustado. Un abrazo compañero.

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  3. Bonito relato amigo. Y muy interesante lo de D. Luis, si señor.

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    1. Muchas gracias Jesús, me alegro de que te haya gustado. Un saludo.

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