martes, 18 de diciembre de 2012

Paz en la guerra. Escenarios de la batalla.

Para escribir este artículo voy a pedirle ayuda a Don Miguel de Unamuno (Bilbao 1864-Salamanca 1936). En 1874, Miguel, casi un niño, vivió en propias carnes el sitio de Bilbao, con sus peligros, sus privaciones y sus amenazas. Seguramente retumbarían en sus oídos las noticias que llegaban del "lejano" Valle de Somorrostro, donde se libraba una de las más sangrientas batallas de la guerra. Allí, en aquellos montes que se perfilaban hacia el oeste (Montaño, Serantes, Triano...), el ejército liberal intentaba romper el cerco carlista a la villa. Años después, la guerra ya acabada, Don Miguel llegó y paseó aquel Somorrostro; y en Las Carreras, en San Pedro de Abanto, en Montaño, en San Juan, fundió sus recuerdos de niñez con sus sensaciones al conocer el campo de batalla y alumbró una novela, su primera novela, Paz en la Guerra (1895).




Al escribirla, tuvo el escrúpulo de ser completamente fiel a los acontecimientos históricos. Por ello, el  relato es una gran manera de seguir el curso de la batalla a través de sus personajes. Así que, como yo no lo voy a contar mejor, voy a cederle muchas veces la palabra al bueno de Don Miguel. En el prólogo de la novela ya declara:

"Aquí, en este libro –que es el que fui-, encerré más de doce años de trabajo; aquí recogí la flor y el fruto de mi experiencia de niñez y de mocedad; aquí, está el eco, y acaso el perfume de las más honrosos recuerdos de mi vida del pueblo en que nací y me crié; aquí está la revelación que me fue la historia y, con ella, el arte.
Esta obra es tanto como una novela histórica una historia novelada. Apenas hay en ella detalle que haya inventado yo. Podría documentar sus más menudos episodios."

"Paz en la Guerra" narra la historia de Ignacio Iturriondo, nacido en una familia carlista, en un Bilbao liberal, sitiado por el ejército carlista y este ejército a su vez enfrentado al ejército liberal que intentaba romper el cerco por Castro Urdiales. En este escenario de "capas de cebolla", Ignacio se alista a la edad de 24 años para luchar en el ejército carlista y es enviado a Somorrostro. Sus correrías en la batalla nos van a servir para conocer sus escenarios. 

También he echado mano de las excelentes imágenes de los corresponsales gráficos de la batalla. Por el bando liberal, tenemos las crónicas de Jose Luis Pellicer y sus dibujos tomados del campo de batalla desde el ala liberal y publicadas en "La Ilustración Española y Americana". 

Además tenemos las ilustraciones de la revista "El Estandarte Real: revista político-militar ilustrada" que presentan imágenes tanto desde el campo liberal como del campo carlista. 

En algunos casos he intentado tomar las mismas instantáneas, en lo posible desde el mismo ángulo, para que se vea el aspecto que ofrecen los lugares en la actualidad y para que el visitante los pueda reconocer.

Todas las ilustraciones antiguas  proceden de la página web http://www.albumsiglo19mendea.net servida por la Diputación Foral de Guipuzkoa. Lamentablemente he encontrado más ilustraciones tomadas desde el campo liberal  que desde el campo carlista y las crónicas de guerra exponen también ese punto de vista. Es asimismo muy recomendable la lectura del artículo "Crónica de la guerra carlista" de Jesús Ángel Arrate, en el número 5 de la revista Trueba (2010), resultado de un excelente y  reciente trabajo de campo, y del que se han celebrado exposiciones por varias localidades encartadas, de aquí he tomado algunos datos para hacer esta exposición.

La batalla de Somorrostro fue uno de los episodios más trágicos de las guerras carlistas, saldándose según los historiadores con unos 3000 muertos y 8000 bajas en total por parte de ambos ejércitos. Las guerras carlistas desangraron el territorio español durante buena parte del siglo XIX. Se iniciaron con un conflicto sucesorio, cuando Fernando VII al no tener descendencia masculina, desposeyó de los derechos sucesorios al trono a su hermano Carlos María Isidro. Fernando  VII en 1830 promulgó la Ley Pragmática, que le garantizaba el trono a su hija Isabel II. Esto inició una guerra entre los partidarios de ambos pretendientes que enfrentó asimismo dos concepciones del estado y de la sociedad: la tradicionalista y foralista (carlista) y la liberal. Las guerras (que fueron tres) se prolongaron hasta 1876, entre los sucesores de los que las iniciaron:  Alfonso XII y el pretendiente Carlos VII.

No fue esta una "guerra total", en el sentido que en muchas regiones no hubo combate alguno. El ejército liberal era el ejército "oficial" del gobierno de Madrid, era un ejército pertrechado y uniformado, fácilmente reconocible por sus uniformes pardos y sus gorros tipo ros ó quepis. Por ello se les conoce en las crónicas como gubernamentales, republicanos ó simplemente el ejército. Los carlistas les llamaban despectivamente "guiris" o "negros".

El ejército carlista se agrupó alrededor del estado mayor del pretendiente y estaban menos uniformizados. Sólo los oficiales lucían uniforme completo, el distintivo común era la boina roja. Los liberales les llamaban "rebeldes" insurrectos" o "carcas".

Muchos observan e interpretan estos conflictos en clave actual: izquierdas y derechas, nacionalistas y centralistas....; muchas veces en un afán de clasificar a los contendientes en "buenos y malos".  Creo que las cosas no son tan sencillas y, aunque puede haber algún antecedente, el interés es únicamente histórico. El paso del tiempo ha retorcido mucho la cosas y personalmente, tomar partido en una guerra que finalizó hace más de 100 años me parece poco práctico.

Unamuno por su parte, en "Paz en la Guerra", a mi modo de ver, sólo toma partido por la paz. A pesar de que su personaje principal es carlista, en todo el relato deja claro que en realidad los soldados son "enviados allí" y que su única motivación es sobrevivir y vencer al miedo a la muerte, inminente y presente en cada rincón. Se compadece de los soldados de ambos bandos en su faceta de víctimas del horror. Unamuno retrata los tres niveles de intereses en la guerra. Primero el interés político, por parte del pretendiente Carlos y del presidente Serrano. El interés militar por parte de los generales, retratados como personajes de buena vida (coñac en la mano y atacando después de la siesta) ávidos de gloria, condecoraciones y victorias. Y, finalmente, los soldados en permanente dilema entre matar o morir y burdamente ideologizados a base de arengas.

Nuestro personaje unamuniano (Ignacio), participó en las acciones defensivas del barrio de Las Cortes, después del barrio de Murrieta y finalmente de la iglesia de San Pedro de Abanto. Todo ello ocurrió durante las acciones militares del 25 al 28 de marzo de 1874, en la segunda batalla de Somorrostro. El relato empieza cuando llega Ignacio al campo de batalla, a la altura de Sanfuentes.


"Cuando llegó Ignacio a Somorrostro llevaba en el alma un tumulto de anhelos, amasados con nacientes desilusiones. Destináronle a un batallón a las reservas de San Fuentes, y vio de paso al general en jefe, que, sentado en una silla, en el balcón de una casería, con la botella de coñac al lado y encendidos los pómulos, contemplaba allá, a lo lejos, los fogonazos de los morteros carlistas sobre Bilbao, para lo que había hecho talar una encina, cuyo follaje se lo hubiera impedido."

Vista de Bilbao desde Sanfuentes. Hoy en día no es necesario talar ninguna encina para tener esta vista. El panorama es bien diferente al que veía Ignacio y el general Ollo  desde su silla, coñac en mano. Al fondo las montañas del Duranguesado: Mugarra y Amboto.

La Batalla de Somorrostro en realidad fueron tres batallas. Al inicio, las fuerzas liberales habían ocupado los altos de Janeo, La Rigada y la margen izquierda del  río Barbadún ,A continuación describe el escenario de la guerra tal y como lo veía desde su posición. Las defensas Carlistas tenían su cuartel general en Sanfuentes y una línea de fortificaciones que comenzaban en Montaño, seguían por Murrieta, San Pedro, Santa Juliana, La Mina Rubia (La actual subida al barrio de La Balastera dominando el barrio de Putxeta, y una serie de fortificaciones a lo largo de los montes de triano, siguiendo en altura la vía del ferrocarril minero de Galdames (actual vía verde) hasta el barrio de Las Cortes. Los carlistas carecían de artillería apuntando hacia el ejercito liberal de Cantabria ya que la habían reservado para bombardear a la sitiada Bilbao. Por ello, los defensores de las posiciones de Las Cortes, Santa Juliana, San Pedro y Montaño, sólo contaban con su aventajada posición en las alturas para defenderse.


(El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)


Elementos de ambos ejércitos, en sus posiciones antes de la batalla. En azul ejército liberal 1. Campamento de La Rigada. 2. Baterías de Janeo, La Rigada y estribaciones del Mello. 3. Posiciones de San Juan de Somorrostro, San Julián de Musques y Pobeña. En rojo ejército Carlista. 1. Campamento de Sanfuentes. 2.Trincheras de Montaño, alto las Guijas, Murrieta, San Pedro, Mina Rubias, Las Cortes y Montes de Triano.


"Ignacio se pasaba el día en espera de la gran batalla, en máxima tensión su imaginación belicosa, jugando a las chapas o a busca de caracoles, para matar el tiempo. Extendíase a su frente el risueño valle de Somorrostro, cual circo de un vasto anfiteatro. Divídelo en partes desiguales la ría, más allá de la cual iban perdiéndose de vista los perfiles de las montañas del campo enemigo, empezando en el Janeo, que domina a lo largo el valle todo. Del lado acá de la ría, guardando su entrada y dominando el valle el Montaño puntiagudo con sus escalones; luego se despliegan, en media luna, la ladera de Murrieta, la fragosa colina de San Pedro de Abanto y la de Santa Juliana, después separada de ella por la garganta que da paso a la carretera. Desde aquí, elevándose en gradería, escalan las colinas las estribaciones de la elevada sierra de Galdames. El valle sube, en suave pendiente, a unirse con la red de colinas que le enlazan a las alturas circundantes, alturas a las que suelen bajar a descansar las nubes."


Panorámica del campo de batalla. El "risueño Valle de Somorrostro" tal y como lo describe Unamuno. Fotografía tomada desde Las Carreras: 1. Janeo: Baterías liberales. 2. Playa de La Arena o Ría de Somorrostro. 3. El puntiagudo Montaño, posiciones carlistas. 4. "escalones" del Montaño, Alto de la Guija, carlista. 5. Barrio de Murrieta (carlista). En azul, posiciones liberales, en rojo posiciones carlistas. Atención: desplazar la imagen con la barra inferior para ver la panorámica completa.

Hay que decir, que tanto en la novela como en las crónicas de los corresponsales, como en los mapas del conflicto, se llama Janeo a lo que conocemos como el Pico Ramos. En la actualidad se conoce como Janeo una cima secundaria que tiene un pequeño repetidor o a todo el macizo en su conjunto. Aquí llamaremos Janeo a la cima principal. 


Posiciones carlistas (en rojo)  vistas desde El Campón en Las Carreras. 1. Monte Serantes. 2. "la fragosa colina de San Pedro de Abanto". 3. "la garganta que da paso a la carretera", actual N-634. 4. Santa Juliana de Abanto. 5. Actual grupo Gure Etxea y María Auxiliadora. En primer término los tejados del colegio Maestros Askartza Isusi. Al fondo Sanfuentes.

"La línea carlista se extendía en semicírculo por la montañosa gradería trepando después las abruptas eminencias de Galdames. Habían talado la vertiente de Santa Juliana, y todo era, hasta los altos de Triano, trincheras y cortaduras en el ferrocarril minero que faldea los montes. Por todas partes fosos y trincheras, caminos cubiertos, sin aspilleras; fosos, sobre todo, que no ofreciesen saliente alguno de blanco al cañón enemigo. Ayudábanlos las obras de minería, aquellos tajos que hacían más accidentado al terreno. Dominaban la carretera, eje del valle, en redondo y con fuegos desenfilados. Todos, hasta las mujeres, habían trabajado con ardor, como hormigas en aquellas obras. ¿Quién los resistía? ¡Ni Dios pasaba por allí ya!"



Línea carlista en las estribaciones de los Montes de Triano. Imágen tomada desde El Campón. 1. Barrio de Putxeta. 2. Minas Carolinas y Rubias. Trincheras carlistas en los tajos de las minas. 3. Línea del ferrocarril de Galdames. Actual Vía Verde. 4. Cimas de Los Montes de Triano. Alta de galdames y El Manzanal. 5. Actual línea de ferrocarril de cercanías Bilbao-Muskiz. 6. Peñas Negras. 7. Cerro Buenos Aires. Antiguo Hospital Minero (Gallarta).


24 y 25 DE FEBRERO DE 1874. PRIMERA BATALLA. EL PASO DEL PUENTE DE SAN JUAN. ASALTO A MONTAÑO Y SAN PEDRO DE ABANTO Y REPLIEGUE POSTERIOR

 Antes de la llegada de Ignacio a Somorrostro, un mes antes, se había producido la primera ofensiva liberal que se inició con el paso del puente de San Juan, allí donde se encuentra la iglesia de Muskiz. Esto dio inicio a la primera batalla de Somorrostro.

"Recordaban a menudo las jornadas sangrientas del 24 y 25 del mes precedente cuando, tras larga caminata, llegaron desde  Navarra a atajar el paso a Moriones, que iba a libertar Bilbao. Ollo los había arengado entonces; se estaba bombardeando a Bilbao; el rey los contemplaba; fueron cantando a sus posiciones. El gallo republicano, pasada la ría de Somorrostro los atacó de frente, por lo más difícil, según su modo; sus soldados envolvieron al Montaño, estando a punto de coronar su puntiaguda cima, trepando su pendiente cascajosa apaleados y casi borrachos, recibiendo fuego y piedras de la cresta. Entonces se remangaron ellos las blusas, y ¡a la bayoneta!; los alaveses los ayudaron por la parte de San Pedro, y el gallo republicano tuvo que retirarse, pedir refuerzos y otro general que se encargase del mando."

En esta primera acción, tal y como nos relata Unamuno, las tropas liberales intentaron alcanzar las alturas de Montaño y San Pedro de Abanto, la lucha fue sangrienta y encarnizada. Incluso el general Primo de Rivera fue herido. Después de dos días de combates, ambos ejércitos volvieron a sus posiciones iniciales. Las Carreras y Putxeta, se podía decir que  se encontraban en "tierra de nadie" a la espera de recibir las tropas en jornadas posteriores. Con el fin de estas acciones de febrero se iniciaba una tensa espera de casi un mes que utilizaron ambos bandos para rearmarse y afianzar posiciones

 
24 de febrero, primera hora de la mañana. El batallón de cazadores de Ciudad Rodrigo y el de Puerto Rico, bajo el mando del general Moriones, pasan el puente de Somorrostro iniciando la ocupación de la margen derecha, donde hoy se encuentra el cuartel de la Ertzaintza y la Sala Meatzari. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número X)



(Foto actual) Es difícil obtener la misma imágen 138 años después. El puente no es el mismo, fue dinamitado durante la pasada guerra civil y reconstruído. Además el río ha sido dragado para evitar los "aguaduchus" o inundaciones y sus riberas están más elevadas respecto al cauce. Parece que uno de los arcos es el original. Sin embargo en nuevo puente está en el mismo lugar del histórico paso del río.


Primera batalla de Somorrostro desde el Pico Ramos o Janeo. Denominaciones del grabado de la época (en cursiva) 1. Iglesia de San Juan, 2. Baterías (Situadas en las curvas de subida a la Rigada, y en Peña Corvera) , 3. Carretera a Bilbao (N-634), 4 Trinchera enemiga (Carlista, cerca de Santelices) 5. Tranvía a las minas (El ferrocarril minero Galdames-Sestao, actual vía verde), 6. Posiciones carlistas (en Las Cortes) 7. Posiciones tomadas por las tropas (Tropas Liberales, Estribaciones de Mello). (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número X)

Foto actual con las mismas referencias, tomada desde el Janeo. En líneas de puntos la carretera N-634 y el ferrocarril minero Galdames-Sestao


Mañana del 24 de febrero. Hospital de sangre en el interior de la iglesia de San Juan, a escasos 50 metros del puente. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XI)


Puente de Somorrostro. Límite de las posiciones de las tropas (liberales) el día 24. 1. Posiciones carlistas. 2. Reducto y trincheras carlistas. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número X)

Misma imagen en la actualidad. La casa en primer término, que ha sido bar hasta bien poco, aun se conserva. Se puede apreciar al fondo el perfil del Montaño y el Serantes lo mismo que en el grabado en el que lo detallan como "posiciones carlistas"


Combate del 25 de febrero a las doce de la mañana. 1. Sitio donde de hallaba el general Primo de Rivera cuando fue contuso. 2. Fuegos carlistas. 3. Posiciones carlistas. 4. Posiciones tomadas por las tropas (liberales) . 5. Soldados y camilleros. 6. Batería. 7. Carretera a Portugalete y Bilbao (N-634). (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número X)

Batería Krupp enfrente del jardín del Marques de Villarías. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número X)


Vista actual de donde estaban instaladas estas baterías (cerca del km 133 de la N-634). A lo lejos y a la izquierda se ve el Montaño, las casas de Murrieta y San Pedro, objetivos enemigos. Las torres de la iglesia de San Juan que se ven en el grabado actualmente están enmascaradas por el edificio que vemos, pero si bajamos al jardín que está justo debajo....

Aparecen las torres de la iglesia de San Juan Bautista


Combate del 25 de febrero. Aspecto General. 1.Batería (Janeo). 2.Camino de Muzquiz (carretera de San Juan a San Julián)  3. Pueblo de Muzquiz.(San Julián de Muskiz) 4.Posiciones Carlistas (Montaño). 5. Puente tendido por los ingenieros sobre el río Somorrostro (lugar donde está el actual puente de San Julián). 6.Trinchera enemiga tomada por las tropas (una de las trincheras de Montaño). 7. El Torreon, castillo antiguo (castillo de Muñatones). 8. Pueblo de San Pedro de Abanto. 9. Casas de Somorrostro. 10. Carretera a Castro Urdiales (N-634). 11. Batería de Montaña. 12. Humareda. 13. Posiciones carlistas y fogata. 14. Batería Krupp (La Rigada). Este grabado se realizó según el panorama que se tiene desde el barrio de Revilla (Muskiz)


Visión actual, de izquierda a derecha, Janeo, Montaño, Murrieta y San Pedro de Abanto. En primer término San Juan de Somorrostro y la irreconocible vega.


Asalto al Montaño y al alto de La Guija por las tropas liberales (en azul) procedentes de la vega de Somorrostro y apoyadas por la artillería de Janeo y Peña Corvera. Trincheras carlistas (en rojo) en las alturas repelendo el ataque.

 "El gallo republicano, pasada la ría de Somorrostro los atacó de frente, por lo más difícil, según su modo; sus soldados envolvieron al Montaño, estando a punto de coronar su puntiaguda cima, trepando su pendiente cascajosa apaleados y casi borrachos, recibiendo fuego y piedras de la cresta."

Vista desde el campo carlista. Batalla de Somorrostro : el 24 de febrero, los Republicanos ocupan las zonas altas y los montes frente al mar. (Le monde Ilustré, 1874) 


Vista actual desde el mismo ángulo. Vaya cambio.



TREGUA POSTERIOR. CADA EJÉRCITO ATRINCHERADO EN SUS POSICIONES A LA ESPERA DE LA BATALLA

Pasaron semanas, casi un mes. Durante este tiempo, ambos ejércitos se miraban de un lado a otro del valle, el ejercito liberal desde La Rigada, Janeo., en todos estos lugares habían instalado cañones de tipo Krupp y Plasencia (2,5 km de alcance) , en la cima del Janeo . Los carlistas en Montaño, Murrieta, San Pedro, Santa Juliana y Las Cortes. Ambos ejércitos rearmándose. Por parte del ejército liberal acudieron a la batalla el general Serrano,  presidente del gobierno por aquel entonces, como jefe supremo y los generales Primo de Rivera (ataque a Las Cortes), Loma (ataque a Las Carreras) y López de Letona (Ataque a Montaño). Por parte de los Carlistas los generales Ollo y Rada (Defendiendo San Pedro, Sanfuentes y Murrieta), Andechaga (defendiendo Zierbena y el Montaño) y Lizarraga (defendiendo Las Cortes y los montes de Triano)


Campamento (liberal) en la cumbre del Janeo.1. Castro Urdiales. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XI)

Cumbre del Janeo o más bien de Pico Ramos. Vista Actual. Al fondo a la izquierda Castro Urdiales

Vista panorámica de las principales posiciones en  la línea de batalla. 1. Reducto de los carlistas (La Guija). 2. San Pedro de Abanto. 3. El Montaño. 4. Carretera de Castro a Bilbao (N-634). 5. Sestao. 6. Bilbao. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XI)

Misma panorámica tomada desde la cumbre del Janeo hacia el campo carlista. Hoy en día el paisaje está profundamente transformado por las instalaciones de Petronor y por la A8.

Carretera de Somorrostro. Sitio denominado por las tropas "Paseo de la Castellana". Habitación del General en Jefe. Hospital de Sangre. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XII).

El "Paseo de la Castellana" en la actualidad, con la N-634 asfaltada, pero varios edificios reconocibles.

Cuartel general durante la accion del 25 de marzo - Bateria de Monte Janeo (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XIV).

Vista del cuartel general del ejército liberal. Hemos intentado sacar el edificio desde el mismo ángulo y la montaña que se aprecia al fondo no es el Janeo tal y como dice el cronista sino el Montaño, en campo enemigo.

Una casa de San Juan de Somorrostro. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XLII).

Mismo edificio en la actualidad

Explosión de un carro de municiones de guerra en la mañana del 19 del actual ( Iglesia de San Juan de Muskiz 19/3/1874). (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XII).

Vista actual del pórtico de la Iglesia de San Juan en cuyo tejado se incendió a causa de la explosión de  un carro de municiones  el 19 de marzo de 1874. Esta iglesia, después de utilizarse como hospital de sangre fue utilizada como polvorín y depósito de municiones

Comisión de Muzquiz para enterrar varios cadáveres en la falda del Montaño, insepultos desde la acción del 25 de febrero. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XII)

 Primer campamento que se estableció en Somorrostro en las cercanías de la Rigada. (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XX)

Posible emplazamiento del campamento de las tropas liberales a juzgar por la perspectiva del grabado.

Barraca de los periodistas en La Rigada(La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XX) 

Por lo que podemos apreciar en el grabado, la barraca de los periodistas estaba en el margen de la carretera más o menos en este punto, por la vista que se ofrece del Janeo y cimas secundarias

Centinela carlista en las alturas de Pucheta (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XVII) 

La víspera de la batalla (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XXII). Realmente tomada el 29 de abril.

Durmió Ignacio aquella noche en la ansiedad del gran día. Con el alba los llevaron a Santa Juliana. Los batallones se removían distribuyéndose, yendo de un lado para otro, a ocupar posiciones, con la marcha resuelta de fresca madrugada, como cuando se va, refrigerado por el sueño reparador, a reanudar la labor cotidiana."

25 DE MARZO DE 1874. INICIO DE LA SEGUNDA BATALLA. TOMA DE LAS CORTES. ATAQUE A MONTAÑO POR MANTRES. TOMA Y FORTIFICACIÓN DE LAS CARRERAS.

El 25 por la mañana, el ejército liberal inició otra ofensiva que iba a durar varios días, con un diseño de ataque muy parecido. Se realizaron tres asaltos. Uno de ellos tuvo como objetivo el avance sobre las posiciones carlistas de lo Montes de Triano a través del barrio de Las Cortes (Abanto). Las tropas se desplegaron utilizando la vía del tren minero a Galdames y a través del portillo de cortes asaltaron en vertical las posiciones carlistas en las alturas. Otra columna avanzó por el río Cotorrio para la toma de Putxeta. Otra Columna tomó Las Carreras para instalar las baterías y  asaltar Murrieta y San Pedro de Abanto. Y por la Izquierda se avanzó por la vega para asaltar Montaño y La Guija por la vaguada de Mantres como en febrero.

Al amanecer de este día, 25 de marzo, rompieron fuego los cañones liberales. Del Janeo y del mar retumbaba a lo lejos continuo cañoneo mientras las tropas nacionales, protegidas por los cañones, invadían el valle, desplegándose en redondo, a su frente.


(El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)



Vista actual del puente de Somorrostro desde el mismo ángulo.

El centro de las fuerzas atravesaba el puente de la ría, bajo un chaparrón de balas; iba el ala izquierda a envolver aquel puntiagudo Montaño donde se estrellaron en febrero; la derecha amagaba subir a a coparlas posiciones de la izquierda carlista, allá en las alturas.

Avance de las tropas liberales por el valle. Vista desde Montaño. Tal y como lo veía n los carlistas atrincherados en sus laderas.

Apenas llevaban una hora de tarea cuando recibieron orden de ponerse en marcha ¿Adonde? “¡Allá!, les dijo el jefe, señalando un pico, a la izquierda, en las estribaciones de la sierra de Galdames.

28 de abril (no se diferencia mucho de la situación en marzo) : vista del Valle de Somorrostro a las 7 h de la tarde; tomada desde las vías del tren de las minas de Galdames (Actual via verde). 1. Pueblo de Las Cortes; 2.3. Trincheras carlistas; 4. Monte de la Puerta (Alén, Sopuerta); 5. Batería disparando; 6. Venta del Paval (El Pobal), Div. Catalana; 7. Montellano, ocupado por los Cazadores.

Vista actual desde la misma perspectiva. Hoy en día el ferrocarril minero por el que avanzaron las tropas es una vía verde.

Habíase llevado la víspera a guardar el portillo de Cortes –un paso de la sierra-, a un batallón de guipuzcoanos, reorganizado con chicos bisoños después de la insurrección intestina del cura de Santa Cruz. Apenas llegados al puesto de su destino, encarárosles en el foso en que guarecían una granada, que mató a nueve de ellos; pasaron junto a los muertos toda una noche, una noche de angustia y de reflexión; en la calma silenciosa les cristalizó el miedo, y cuando, de mañana, oyeron rechinar las granadas homicidas sobre sus cabezas, dejaron que el enemigo ocupara el abandonado parapeto, mientras en las baterías próximas se batían con coraje castellanos, aragoneses y alaveses, maldiciendo a los aterrados por la noche triste.


Ahora es más fácil orientarse, aunque haya niebla.


Panorámica del campo de batalla desde Peña Corvera al otro lado del valle. La línea azul representa el avance liberal limitado por el ferrocarril minero que asimismo utilizaron para avanzar. La línea roja representa las posiciones carlistas en los Montes de Triano. El ataque se realizó en el Barrio de Las Cortes, en una zona de mucha pendiente.


Detalle del "Portillo de Cortes" desde la vía del ferrocarril de Galdames.

Durante esa jornada y las siguientes el ejercito liberal del General Loma tomó Las Carreras, bajo una lluvia de balas y en los días posteriores, tras la batalla, estableció un campamento con piezas de artillería en los altos de El Campón (Alto Calero en algunos mapas)  y el pinar de San Lorenzo. Las piezas de artillería las trasladaron por la carretera desde el cuartel general de La Rigada a medida que iban avanzando las tropas. Así lo describen los cronistas de la época.(La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XVIII) 

Tras las acciones del 25, 26 y 27 de marzo las tropas liberales se posicionaron en "el terreno comprendido entre el estribo derecho del Montaño y los montes de Triano [...]. Las tropas se hallan a poco más de un kilómetro de San Pedro de Abanto (...)

El croquis correspondiente da una idea bastante exacta de los diversos trabajos que se han ejecutado después de las acciones de Marzo, para emplazamiento de artillería de grueso calibre en las alturas conquistadas por las tropas, frente á Santa juliana y San Pedro Abanto.

Las piezas de á 10 y batería de 12 se han colocado en la altura que domina el terreno sobre la ermita de San Lorenzo, y desde este punto á la posición formidable de Pucheta se ha construido un camino cubierto que sirve para unir entre sí las tres baterías que hay á la derecha de la carretera, ó sea una de á 12, otra Krupp y la tercera Plasencia. 

Indicando ahora que á la ízquierda del camino y al lado de Las Carreras existen otras baterías Krupp. resulta que para batir las posiciones carlistas de San Pedro, Santa Juliana y San Fuentes, están preparadas 14 piezas Krupp, 4 Plasencia, 4 de a 12 y otras 4 de á 16. 



Pieza de a 16 centímetros, dispuesta para ser trasladada a las baterías de Las Carreras (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XVI) 

Trabajos para emplazamiento de baterías en la altura de San Lorenzo (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XV).


Altos de San Lorenzo. Vista actual. Conocidos popularmente como "Los Pinos"

 
Vista alineada tomada desde El Campón, donde estaba una batería. En segundo plano, el pinar de los altos de San Lorenzo y al fondo el Janeo.

Entre los pinos de San Lorenzo aun se conservan restos de trincheras


Vista del rellano de los altos de San Lorenzo donde podría haber estado el campamento liberal. Se aprecia una rampa entre los pinos para acceder a la zona de trincheras.

Antes de la batalla. campamento en las avanzadas del ejército (posíblemente por la orientación, campamento de Las Carreras) (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XVII) 


El Campón, lugar donde podría haber estado emplazado el campamento de Las Carreras, por la perspectiva del paisaje con el Janeo, más alejado Camposquerra y Cerredo y el Alto Arenao, en La Rigada. En el grabado, a la izquierda se adivina el inicio de una pendiente descendiente por lo que podría haber estado este campamento en El Campón o San Lorenzo.


Panorámica similar desde San Lorenzo en otro lugar donde podría haber estado el campamento.

Vista del El Campón desde San Lorenzo. En rojo el camino que une ambas cotas. Podría ser el "camino cubierto" del que hablan las crónicas.

Vista de las posiciones carlistas, tomada desde las avanzadas del ejército en Pucheta (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XVI) 


Estado actual de El Campón o como lo llaman las crónicas las "avanzadas del ejército en Pucheta". Vista hacia el campo carlista de San Pedro y Santa Juliana.

Batería cubierta en las alturas de Pucheta (batería instalada en El Campón) (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XVI) 


Tincheras en El Campón

Posición de los ejércitos tras la toma de Las Carreras

26 DE MARZO DE 1874. ASALTO A  PUTXETA POR EL EJÉRCITO LIBERAL Y DEFENSA CARLISTA DESDE LAS TRINCHERAS DE LA MINA RUBIAS

Al día siguiente ocurrió el famoso asalto y toma a la bayoneta del barrio de Putxeta. Los liberales avanzaron desde Muskiz a través del río Cotorrio y les esperaban los carlistas atrincherados en la mina Rubias. La batalla tomó dimensiones de masacre, la posición ventajosa de los carlistas y la cantidad de efectivos desplegados por los liberales  hizo de esta acción un episodio especialmente sangriento. Hubo episodios de lucha cuerpo a cuerpo con bayoneta en lo que hoy es la plaza de Putxeta, los liberales avanzando desde lo que hoy es el pozo Ramón y los carlistas bajando de las alturas a su derecha.


Trinchera carlista de Mina Rubia (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XVI) 

Foto tomada desde el mismo ángulo. Hoy en día el camino del grbado es la calle Facundo Perezagua y posteriormente a la guerra carlista se construyó el ferrocarril de Triano (hoy en día línea C2 de Cercanías RENFE Bilbao-Muskiz) que es el puente que se ve en primer término. Son  reconocibles los dos primeros edificios después del puente a la derecha. La trinchera carlista estaría en las alturas justo detras de las casas del barrio.

"Los llevaron encima de Pucheta, donde, desde un foso, hacían fuego a los liberales, que intentaron en vano tomarla por tres veces, rechazados las tres a la bayoneta. Al acometer hacíanlo con la ceguera del toro, que, al embestir, bajando la cabeza, mira al suelo.

Los pobres quintos nacionales caían como la mies dorada en sus llanuras cae bajo la segur. Mordían el polvo acribillados a tiros, y algunos escupían el alma, suspirando unos, otros maldiciendo. Acometían con los dientes apretados y los ojos fijos, dispuestos a hundir el hierro en la carne caliente y, sin conseguirlo, puesto que el enemigo no esperaba el choque, caían como fardos. Había quien, leñador allá en su tierra, se sentía desasosegado al correr blandiendo la bayoneta con el fusil en ristre, inquieto ante la comezón de enarbolarlo a guisa de hacha.

Arrancados de sus hogares –lugares vivos- de sus parientes, de su mundo, lleváronlos a morir allí, hijos también de padre, sin que jamás, tal vez, hubieran oído nombrar los unos la humilde aldea de los otros. Al morir los pobres se apagaban sus recuerdos, la visión de su serena campiña y de su cielo, sus amores, sus esperanzas, su mundo; el mundo todo se les desvanecía; al morir ellos, morían mundos, mundos enteros y morían sin haberse conocido.

Más de diez mil fusiles y treinta cañones disparaban al minuto y ni aún así logró el liberal extender su línea por la izquierda carlista que quería envolver"

Batallón de Cazadores de Las Navas (2º Cuerpo. Primo de Rivera) se adueña, a golpe de bayoneta, del pueblo de Pucheta. Dibujos de M. Ferdinandus, basados en el boceto de M. Dick, nuestro corresponsal especial en el cuartel general del Ejército del Norte





Barrio de Putxeta. desde El Campón. En rojo Posición de Ignacio en las trincheras de la Mina Rubias defendiendo el barrio del avance liberal

Vista desde el barrio de Rubias. Esquema del ataque y la defensa. En azul, avance del ejército liberal por el río cotorrio. En rojo defensa carlista. Se puede reconocer en el grabado de la época la primera casa de la derecha bajo la vía del tren. Un caserío típico encartado del tipo "truciano".


Vista de Putxeta desde la posición de tiro de la trinchera carlista donde se encontraba Ignacio.

27 DE MARZO DE 1874. ASALTO A MURRIETA Y A LA IGLESIA DE SAN PEDRO DE ABANTO

Este día ocurrió el episodio más famoso de la batalla. Los carlistas atrincherados en Murrieta tuvieron que defender su posición en combate cuerpo a cuerpo de las tropas liberales que avanzaban por el camino de La Trinidad y llegaban al cruce del Mortuero donde hoy está el campo de fútbol del Abanto Club. Los carlistas tuvieron que retirarse a las casas de Murrieta Alto y proseguir la defensa desde allí.

Por otra parte, ese mismo día por la tarde, ocurrió el famoso asalto a la iglesia de San Pedro, El Arroyo de La Bárcena, llamado de San Pedro en las crónicas fue el punto de disputa hasta el punto de dejar sembrados de cadáveres los prados circundantes.

Pero dejemos la palabra a Don Miguel...

Amaneció espléndido el día de Nuestra Señora de los Dolores, generalísima del ejército carlista. Entonados los ánimos por las precedentes dos jornadas, al romper el tiroteo de la mañana sentíase en el ámbito moral el bochorno que anuncia el choque de dos nubarrones cargados. En aquellas horas solemnes repartiose la correspondencia entre los del Gobierno. Unos se enteraron del estado de sus hijos; leían otros las angustias de la mujer; guardaban algunos en el seno el último adiós materno. Reinaba gran silencio en cuya quietud pensaba cada cual en sus cosas, en su mundo.

Ignacio y sus compañeros pasaron la mañana agazapados en un parapeto delantero a Murrieta. Unos limpiaban el fusil, esperaban calmosamente otros a la faena. A las doce la artillería liberal concentró sus fuegos contra la ermita de San Pedro, que iba quedando hecha una criba y contra Murrieta. Pasado el puente de Musques, disparó el liberal una fuerte columna al Montaño para distraer la derecha carlista, avanzando en tanto por el centro a San Pedro a abrirles la línea en cuña.

De cuando en cuando se levantaba en la cresta del puntiagudo Montaño una polvareda y al disiparse esta, veíase los jefes carlistas, en pie, agitar los brazos y repartir sablazos de plano. Unos mil hombres, pegados como lombrices al suelo de la cima rocosa, latían contra la tierra, recibiendo las granadas del Janeo e impidiendo con sus fuegos el avance del enemigo.

A la una, con un cielo espléndido, dispararonse las columnas liberales sobre el centro carlista. El retumbar del cañón apagaba el tableteo de la fusilería.

Los pobres soldados disparaban al azar, por dar ocupación a las manos y desahogo a los nervios.

Al distinguir los roses, y a la voz de ¡fuego!, hacíalo Ignacio, viendo a través de la humareda caer hombres y volverse otros, mientras los oficiales agitaban sus pañuelos, como pastores que guían un rebaño reacio al matadero. Salían formados de la ermita de Las Carreras, y al dar unos pasos quedábanse diezmados.

Camino de La Trinidad. Por este camino expuesto avanzaban las tropas liberales para el asalto de Murrieta y San Pedro; recibiendo el fuego carlista desde las alturas cercanas sde Montaño, Murrieta y La Guija y sufriendo numerosas bajas.

El fuego se extendía  en una línea de dos leguas, mientras los nacionales avanzaban, protegidos por los fuegos de artillería, como avanza el mar, por oleadas de flujo y de reflujo.

Delante de las casas de Murrieta, en un crucero de las veredas que desde la carretera conducen a las faldas del Montaño, segaba de prisa la muerte. Iban los nacionales guareciéndose en los setos que guarnecían las veredas, encorvados, recibiendo en la cara el aliento de la tierra, que los llamaba, y oyendo sobre sus cabezas el resoplido de las granadas que los protegían. Los oficiales, apoyados en largos palos, animaban, y a las veces apaleaban a los rezagados. En sitios hacían los vivos parapeto de los muertos. Por la parte de San  Pedro iban las masas a estrellarse a la colina dejando en su reflujo cuerpos ensangrentados, como el mar algas. Caían a las veces sobre los muertos los vivos y ahogaba las quejas de los heridos el roncar del fuego.


El "crucero de la muerte". lugar especialmente peligroso para las tropas liberales donde se inició el asalto a Murrieta

27 de Marzo de 1874 : ambulancia de heridos en la ermita de San Lorenzo. (El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)


La Ermita de San Lorenzo se encuentra arruinada desde los años 50. En el lugar donde indican los mapas, se pueden encontrar estos muros. No es seguro que pertenezcan a la ermita pero la ventana con ladrillos en sus dinteles nos recuerda a la ermita escuela de otros barrios mineros descritos en este blog. (Parajes Abandonados: Setares y Camposquerra)


Subieron a las casas de Murrieta, donde se proponían hacerse fuertes
-De aquí no nos echan hasta que hagan astillas la casa a cañonazos-

Batalla de Murrieta, en San Pedro Abanto. (Historia contemporánea : segunda parte de la Guerra Civil : anales desde 1843 hasta el fallecimiento de Don Alfonso XII. Establecimiento tipográfico y Casa editorial de Felipe Gonzalez Rojas, Madrid. 1893)

Barrio de Murrieta (Bajo) en la actualidad

En las casas de Murrieta alto descansaban muchos carlistas porque tomado por el enemigo el barrio bajo, sus cañones suspendieron el fuego. A Ignacio y compañeros los llevaron por un camino hondo y resguardado a ocupar un parapeto en el alto de las Guijas.

Respiró un momento, estaban en terreno esquistoso y lleno de maleza de árgoma y brezo, encima de la explanada de Murrieta. Enfilaban todo el camino de Las Carreras a Murrieta, y el crucero de la muerte. Ante sus ojos se extendía en vasto panorama casi todo el campo de batalla; San Pedro, entre Maleza y la ermita de Santa Juliana, que como un buho gigantesco, parecía contemplar la matanza con sus dos huecos de la torre, a guisa de dos grandes ojazos despavoridos; a la espalda de la posición, el barranco donde los navarros habían dado en febrero su famosa carga; encima, el puntiagudo Montaño, y entre éste y el Janeo, un pedazo de mar sereno, el rinconcito de la playa de Pobeña , donde rompían mansamente las olas, lamiendo las arenas.


Alto de La Guija. Este es el "terreno esquistoso" del que habla Unamuno. En realidad no es un esquisto, se trata de una marga calcárea del periodo Albiense. Pero esto se puede ver en otra entrada de este blog. "Geología contra la pared".


Vista desde el alto de La Guija, tal y como la veía Ignacio. En rojo posiciones carlistas, en azul posiciones y avance liberal

A su a espalda el puntiagudo Montaño. En azul avance liberal. En rojo trincheras carlistas. Avance a través de Mantres

Detalle de la terrible pendiente de la ladera sur del Montaño en la que lucharon ambos bandos

"La ermita de Santa Juliana, que como un buho gigantesco, parecía contemplar la matanza con sus dos huecos de la torre, a guisa de dos grandes ojazos despavoridos"

Oyeron un gran griterío en el campo enemigo y poco después de él vieron avanzar nuevas masas a San Pedro. El general en jefe, una vez reposada la comida en aquel sillón de paja en que descabezaba las siestas, había pedido en un arranque marcial su caballo para presentarse a las tropas, después de herido su segundo.

27 de Marzo de 1874 : ataque a Murrieta y a la iglesia de San Pedro Abanto, por las tropas liberales. (El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)

Asalto a la Iglesia de San Pedro de Abanto vista desde El Mortuero. En azul, liberales, en rojo carlistas.

Vista lateral del combate de San Pedro. Ambos ejércitos confluyeron en la vaguada del arroyo de San Pedro

Detalle del Arroyo de La Bárcena y los prados testigo de la batalla. Fotografía desde el camino vielo de San Pedro o "Cuesta de los muertos".

Barridos a tiros por el frente y los flancos, recibiendo fuegos en redondo, avanzaban en el arroyo de San Pedro cuya defensa era desesperada, briosa, por parte de los carlistas. De aquella posición dependía todo, allí estaba entonces la clave, o por lo menos así lo creían.

Acción de San Pedro Abanto. Anales de la Guerra Civil : (España desde 1868 a 1876). Tomo II (1876)
Algunas partes del en otro tiempo trágico arroyo presentan esta pastoril estampa


Panorama de las Batallas de Somorrostro en 25, 26 y 27 de marzo de 1874. (El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)

Prisioneros españoles conducidos ante Carlos, durante la acción: la flota republicana lucha contra las fuerzas carlistas en segunda línea de batalla. El Mundo Ilustrado (Le monde Ilustré)

Sanfuentes. Aquí estaba el campo de prisioneros carlista donde fueron visitados por el pretendiente Carlos VII según el grabado anterior. Observesé el perfil puntiagudo de Montaño y delante la peña de San Andrés. Al fondo se adivina el horizonte del Cantábrico, desde allí según el grabado, la armada liberal cañoneaba a la retaguardia carlista.

 28 DE MARZO DE 1874. FIN DE LA SEGUNDA BATALLA. TREGUA PARA EL ENTERRAMIENTO DE CADÁVERES EN FOSAS COMUNES

Amaneció triste y nebuloso el día 28. Los carlistas de Montaño recibían el cañoneo, rezando en voz alta algunos en actos de contrición. La niebla hizo cesar el fuego, se abrieron las nubes, y la lluvia formó charcos de barro sobre los muertos.

Este día, cesaron los combates y se dieron unas escenas paradójicas, que demostraban hasta qué punto los combatientes sentían que aquello no iba con  ellos. Los soldados de ambos bandos se juntaron para enterrar a sus muertos y departir amigablemente. En una reunión grotesca, los que antes se mataban ahora fumaban juntos y sepultaban juntos a sus muertos, tal y como describe Unamuno:

Reunidos unos y otros en campo neutral, para dar sepultura a los muertos, habían abierto grandes zanjasen que los echaron como quien sotierra langosta, sin el último beso de sus madres, blancos y negros, en la santa fraternidad de la muerte, a descansar siempre en paz en el seno del campo de combate, regado con su sangre.

(El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)


Faldas del Montaño y la Peña de San Andrés, testigo de los enterramientos que se realizaron "al pie de un collado"

La tregua : soldados del ejercito y soldados carlistas visitandose en la linea de avanzadas.(La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XIV)


La tregua : oficiales carlistas en las avanzadas de Murrieta (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XIV)

La relajación era tal que las crónicas describen estas escenas:

"Durante esta tregua se han verificado, en la linea de avanzadas, en las trincheras,en Murrieta, y hasta en los respectivos campamentos escenas conmovedoras de fraternidad y alegría, en las cuales conversaban amistosamente, y se separaban luego con abrazos y apretones de manos, los mismos que en los días anteriores habían peleado con denuedo en campo contrario; y liberales y carlistas se preguntaban por sus amigos, paisanos y parientes, deploraban la guerra , y juntos hacían votos por la felicidad de España,
Hasta los navarros defensores del Montaño, que no se habían movido de sus trincheras y posiciones en los dos dias primeros de la tregua, en el tercero bajaron por fin hasta Muzquiz, y saludaron afablemente á nuestros soldados. Al anochecer, cuando sonaba el toque de llamada, cada soldado se dirigía a su respectivo campamento." (La Ilustración Española y Americana, Año XVIII, Número XIV)

 
Puerta de entrada del campo de fútbol del casi centenario Abanto Club. Existe la leyenda popular de que este paraje se llama "El Mortuero" porque allí fueron enterrados los caídos en la batalla de San Pedro, así que los jugadores estarían jugando sobre un cementerio. Personalmente tengo que poner en duda esto ya que la palabra "Mortuero" ya aparece en la Edad Media como una designación de terrenos que pasaban a titularidad real cuando su dueño fallecía sin descendencia. Para más información aquí dejo un enlace. Ya me fastidia, porque era una historia muy curiosa y apasionante, pero hay que hacer honor a la verdad. de todas maneras, por su situación debió de ser un lugar clave en el asalto y quien sabe....

 (El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)


Vista actual desde el mismo ángulo de la iglesia de San Pedro, en ruinas aunque no por aquella contienda. En este otra entrada de este blog se muestra su actual estado (pinchar aquí).  En el grabado siguiente se aprecia cómo en el prado contiguo se cultivaba la vid.

Historia de España en el siglo XIX : sucesos políticos, económicos, sociales y artísticos, acaecidos durante el mismo : detallada narración de sus acontecimientos y extenso juicio crítico de sus hombres. Francisco Pi y Margall (obra póstuma) y Francisco Pi y Arsuaga. 1902.

Para casi acabar, un recorte del periódico de tendencia carlista "El Estandarte Real" describiendo el horror de la batalla:


(El Estandarte Real : revista político-militar ilustrada, año 2, nº 12)

Y así finalizó la batalla, con ambos ejércitos sin moverse prácticamente de sus posiciones, tan inútil como sangrienta. Habría que esperar hasta mayo cuando como resultado de los combates en los montes de Triano y en Galdames (tercera batalla de Somorrostro), el ejército Carlista se vio obligado a levantar el cerco de Bilbao.

Pero eso es otra historia......

P:D. Si el lector quiere conocer de primera mano los escenarios de esta batalla y pasear por los hoy en día tranquilos parajes, aquí dejo dos rutas. La primera recorre el afamado puente de Somorrostro y las posiciones liberales. La segunda los escenarios de la batalla de San Pedro de Abanto.


Ver Batalla de Somorrostro 1 en un mapa más grande

Recorrido por el Puente de San Juan y el Ala Liberal



Ver Batalla de Somorrostro 2 en un mapa más grande

Recorrido por Los escenarios de la Batalla de Montaño, Murrieta, Putxeta y San Pedro de Abanto.