jueves, 16 de agosto de 2012

Apunte olímpico. 1992

Ahora que estamos en plena resaca de los Juegos Olímpicos de Londres, se me ocurre echar la vista atrás, justamente hace 20 años. Aquel año, con motivo de los Juegos de Barcelona, la llama olímpica se dio un buen garbeo y pasó por nuestra arteria principal, la N-634, procedente de Bilbao y camino a Santander.

La antorcha olímpica fue diseñada por André Ricard y se encendió en Olimpia (Grecia) el 5 de junio de 1992. Fue transportada por relevistas hasta Atenas, donde se embarcó en la fragata Cataluña que la llevó hasta el puerto de Ampurias (Gerona), allí comenzó un recorrido de más de 6000 km por las 17 comunidades autónomas, pasando por 652 localidades y participando un total de 9.500 portadores.

El 26 de junio viernes la antorcha llego a Bilbao procedente de Vitoria. Allí fue portada por deportistas de la talla de José Angel Iribar y Marino Lejarreta.

El 27 de Junio, sábado, por la mañana continuó su recorrido hacia Santander y, como no, por la N-634. Y así, llegó la llama olímpica a nuestro pueblo, en una mañana soleada de sábado de un recién estrenado verano. Allí pudimos contemplar incluso uno de los 9.500 relevos, que tuvo lugar justo en el paso de peatones de la iglesia.

Si, era verano, sábado y soleado, lo que hizo que el paso de a antorcha coincidiese con las largas caravanas dirección Cantabria que se formaban. Nuestro pueblo fue, junto con el vecino Muskiz, el último en beneficiarse de la apertura de la A8. Durante bastantes meses el tráfico dirección Cantabria tenía que abandonar la autopista en El Bao y retomarla en El Haya por lo que todos los coches pasaban por el centro del pueblo y la caravana era casi permanente. Este detalle es resaltado por el Informe Olímpico oficial además de otro hecho trágico:

"La llegada al País Vasco estuvo marcada por la tragedia. Uno de los portadores resultó muerto en accidente de tráfico cuando se dirigía al punto de encuentro. En señal de duelo, la organización decidió cubrir el relevo en Vitoria con la antorcha apagada. La procesión siguió el itinerario tal y como estaba planeado, a pesar de algunas dificultades (tales como coincidir con otra "procesión", los conductores de fin de semana, en una de las carreteras más concurridas y en temporada alta) y fue recibida en Santander con una ceremonia de bienvenida" (Informe Oficial de los Juegos de la XXV olimpiada de Barcelona 92)

Los portadores se seleccionaron por cuotas entre los voluntarios olímpicos, una parte también seleccionados por las empresas patrocinadoras, y además cada municipio tenía derecho a  seleccionar un portador. Para ser portador sólo era necesario tener 15 años, y comprometerse a llevar la antorcha en el tiempo estimado y con el uniforme establecido (de marca Mito, que era el patrocinador). Los relevos eran de 500 m que debían hacerse en 3 minutos. También hubo relevistas ciclistas cuyos relevos eran de 2.500 m que debían realizarse en 6 minutos.

La caravana constaba del portador, de uniforme blanco y un acompañante, de uniforme granate por si el "titular" tenía algún problema, se cansaba o se caía. Además, precediéndole,  el vehículo piloto que viajaba 500 m por delante y se encargaba de cortar el tráfico, y señalizar con conos y banderas donde debían hacerse los relevos. Después venía el vehículo de prensa, y en la retaguardia otro vehículo que portaba una "llama de seguridad" que era una copia encendida de la llama original por si la llama itinerante se extinguía accidentalmente. Todos estos vehículos eran SEAT, que era el patrocinador del evento.

No había una sola antorcha, de hecho hubo al menos tantas como portadores. Si el portador era voluntario olímpico podía quedarse con la antorcha, si no lo era podía adquirirla por 15.000 pts. Hoy en día alguno de estos portadores venden sus antorchas por internet. Su precio oscila entre los 1.200 y los 3.000 €. Si alguien quiere ver una en directo uno de los lugares donde se puede contemplar es en el Museo del Aire en el Aeródromo de Cuatro Vientos, en Madrid.

El 25 de julio la llama, entró en estadio olímpico encendiendo el pebetero con el afamado disparo de flecha.


Mañana del 27 de junio del año 1992. La Antorcha olímpica pasa por Las Carreras ante la mirada de vecinos y transeuntes, escoltada por la Ertzaintza y por el coche de apoyo. Se puede ver al portador y al acompañante con los uniformes oficiales. También se puede apreciar el paso del tiempo. Se puede ver a la derecha el cartel verde de la caja de ahorros, ya no existe el arbolado ni el chalecillo estilo inglés del centro. Todavía en aquel año existía la chabolilla donde se vendía pescado y la casa donde estaban los ultramarinos "Peña" (Vegé Ahorro) estaba un poco más desvencijada. El edificio de más atrás fue derribado y sustituído por uno nuevo, en sus bajos hubo una sala de juegos y después el local del Partido Comunista.

Año 2012. Edificios nuevos, los viejos adecentados. Nuevas farolas y vallas, nuevos cercados, y el cable del teléfono impasible.

Año 1992. Justo en el paso de peatones de la iglesia, la caravana prepara un relevo. Una antorcha enciende otra antorcha. Suponemos que en el coche de apoyo estaba una llama "original" por si la llama se apagaba accidentalmente. Todavía se podía ver el muro de bloques que bordeaba la acera y los frutales de la finca todo ello hoy sustituido por una hilera de chalets adosados y por la Plaza Haritzalde. A la derecha podemos ver el antiguo cercado de la iglesia   y las hojas de romero sobresaliendo. Más adelante la pequeña caseta de la vieja zapatería y detrás la casa de la tienda de chucherías. El poste de teléfonos aun resiste.

Año 2012. Ahora tenemos vallado, señalización y pasarela y los árboles han vuelto al margen de la carretera.

Será difícil volver a ver el paso de la llama olímpica en breve, ¿quién sabe?. De todas maneras estaremos ojo avizor (como siempre) por lo que pase por nuestra entrañable ruta transcantábrica.